El terremoto que se produjo en Tōhoku y el tsunami subsecuente en Japón dañaron los sistemas de refrigeración vitales en la planta nuclear de Fukushima Daiichi. Se produjeron explosiones en una serie de reactores, lo que llevó a la fusión nuclear y a la liberación de material radiactivo, en lo que se considera el accidente nuclear más importante a nivel mundial desde el desastre de Chernóbil de 1986. Se declaró una zona de exclusión en un radio de 20 km de la planta nuclear y más de 80.000 personas fueron evacuadas. La zona de exclusión quedó establecida durante meses tras el incidente, mientras que el gobierno japonés predijo que se tardarían unos 40 años para detener el funcionamiento total de la planta y limpiar las áreas circundantes.